El siguiente documento nos habla a cerca de la Observación desde la perspectiva Montessoriana.
Lo comparto a todos; espero les sea tan útil en su práctica docente como para mí lo ha sido.
COMUNIDAD INFANTIL
FILOSOFÍA MONTESSORI
LA OBSERVACION
INTRODUCCIÓN
La observación es una habilidad que todos podemos adquirir, es una función que debe ser practicada. Es más que una habilidad, es una técnica, un camino para encontrarnos con el mundo. Es un proceso activo que produce resultados y consecuencias. Hay que asegurarnos que sabemos observar, a diferencia de ver; cuando decimos que vemos, sentimos y oímos lo hacemos en realidad mecánicamente y muchas veces sabemos de sus cualidades y observaciones por lo aprendido. La observación significa mirar sin juzgar, no usar nuestras expectativas, referencias, juicios, es una mente silenciosa, es consciente del presente sin que interfieran experiencias del pasado que perjudiquen nuestra observación hoy.
Esto no es una teoría, es un hecho de vida que puede ser válido cuando la observación se ejercita a través de la conciencia que viene a través de la meditación, la cual nos da el silencio de la mente estando en le presente. En el momento que observamos elevamos el nivel de nuestra conciencia, hacemos un espacio entre nosotros y nuestras reacciones; estas reacciones nos hacen actuar y al actuar podemos conocernos y ponernos atención. El aprender a observar nos ayuda a ser libres, podemos conocer más de nuestro consciente e inconsciente de manera más profunda, esto es lo que Ma. Montessori llama el “auto-conocimiento”, el principio de la sabiduría.
PUNTOS GENERALES PARA OBSERVAR.
La observación es un arte, practicarla debe generar en nosotros la fuerza capaz de transformarnos para ser eficientes en nuestro trabajo.
La transformación es una habilidad que se adquiere a través de la práctica, es una habilidad técnica, es una manera de estar, de ser, de descubrir el mundo que nos rodea.
La observación es un proceso activo que produce resultados y consecuencias.
La observación debe ser científica y espiritual:
Científica: ya que debe ser objetiva, precisa, consistente y exacta.
Espiritual: porque estamos observando la vida interna de seres humanos.
Para poder observar necesitamos liberarnos de ideas preconcebidas, prejuicios o preferencias. Se necesita desarrollar la atención, concentración, paciencia y consistencia.
La observación debe ser constructiva, positiva y respetuosa.
La observación necesita de un silencio de la mente que necesita estar con el presente.
La observación requiere de una preparación individual, práctica, de conocimiento,
comprensión y amor.
Para ser capaz de observar se necesitan controlar los impulsos y saber esperar para permitir al niño manifestarse.
Se debe observar sin etiquetar, sin hacer interpretaciones inmediatas, sin reaccionar y sin proyectarse a sí mismo en otros. Cualquier interpretación y conclusión debe estar fundamentada con la suficiente información.
La continuidad de la educación Montessori depende de que se SIGA haciendo énfasis en la observación.
ASPECTOS TÉCNICOS DE LA OBSERVACIÓN
Considerando que el mayor peso de los elementos que intervienen en los procedimientos y criterios de evaluación propuestos en las acciones anteriores se basan en la observación, hemos considerado de utilidad para la docente incluir este apéndice, como un auxiliar técnico que pueda apoyar en esta tarea, para que la realice lo más alejada posible del simple sentido común.
Es pertinente volver a señalar que esta forma de evaluación propuesta, responde a criterios de evaluación “cualitativa”, la cual dadas las características del niño en edad preescolar, la naturaleza misma del desarrollo y las bases que sustentan el programa, se hace más idónea y cercana a la consideración de los procesos involucrados.
La observación sistemática se ubica en el contexto del proceso didáctico como principal herramienta que el docente utiliza para evaluar los comportamientos de sus alumnos, tanto las inherentes a su personalidad, historia y relaciones, como los que son producto del proceso enseñanza-aprendizaje.
La capacidad de observación no es innata: cuando se dice que alguien es buen observador, es porque ha cultivado su atención.
A veces, de manera intuitiva, el docente es un observador, conoce a sus alumnos, sus intereses, logros y dificultades, sin embargo, hay aspectos relevantes que pueden pasar desapercibidos, ya sea por el número de alumnos o simplemente porque una observación espontánea está expuesta a riesgos y errores.
Ver es no mirar, oír es no escuchar.
Observar, requiere de atención voluntaria dirigida hacia un objetivo determinado con el fin de obtener información particularmente en la actividad docente.
Ahora bien, para que las observaciones sean fiables, éstas deben ser consistentes y es precisamente en este intento de sistematizar esta acción que se encuentra la observación desde un punto de vista técnico. Este tipo de observación tiene como propósito aportar elementos para comprender el comportamiento del alumno en el transcurso de la tarea de aprendizaje y brinda la oportunidad de modificar los contenidos y las estrategias de aprendizaje en función de la realidad grupal o individual.
Es necesario considerar que no es suficiente observar comportamientos que indiquen el nivel de aprendizaje alcanzado por los alumnos en sus diferentes procesos, tampoco lo es registrar lo que un alumno sabe o no hacer, lo que puede. Por el contrario, es necesario observar comportamientos que sirvan como indicadores de por qué el alumno sabe o no hacer algo, en qué circunstancias encuentra mayores dificultades y en cuáles es capaz de superar los
obstáculos, con el fin de que las observaciones sirvan para proponer las acciones más idóneas en cada momento del proceso enseñanza-aprendizaje.
Ahora bien, para que esta herramienta sea realmente útil a los fines de la evaluación, deberá cumplir algunas condiciones básicas como son:
Realizarse a lo largo del año escolar y no solo al principio final del mismo.
Concretarse a un registro que dé cuenta de los aspectos más importantes que le han interesado.
La observación adquiere así un papel preponderante y las cuestiones de cómo hacerlo son esenciales para la evaluación.
En este contexto resulta necesario idear estrategias que puedan funcionar mejor de acuerdo a algunas características que puedan funcionar mejor de acuerdo a algunas características de los jardines de niños. Ejemplo: lo numeroso que son los grupos plantea la necesidad de reflexionar en cómo hacer un recorte para la observación, por ejemplo, observará cada alumno durante varios días, observar pequeños grupos, elegir actividades específicas para la observación, o bien realizará durante las actividades cotidianas. La respuesta a estas cuestiones dependerá del docente, momento, necesidades particulares que esté presentando, etc.
En general, estas formas de organización hay que tenerlas claras para dirigir correctamente la atención.
A continuación presentaremos en qué consisten los diferentes tipos de observación, estas podrán emplearse solas o combinadas, según el momento y las necesidades.
Los ejemplos que se ponen son muy limitados y deberán tomarse como tales y no como recomendaciones.
Observación continua, se refiere a la observación de un grupo pequeño de alumnos a lo largo de un tiempo determinado. Ejemplo: la observación de un equipo de 5 niños durante dos semanas. Esta forma de observación se sugiere para obtener una visión
“en proceso” de conductas, aprendizaje, relaciones, etc.
Observaciones por áreas y actividades específicas, la observación por áreas puede proporcionar datos exactos sobre la forma particular en que un niño o niños se desenvuelven con relación a determinada actividad y las posibilidades que ésta ofrece para su desarrollo. Así mismo, estas observaciones permitirán más firmemente decidir sobre algunas modificaciones a las actividades, materiales, espacios, participación docente que haga preciso modificar.
Observación espontánea, se efectúa sin ninguna preparación previa, rescata únicamente los procesos individuales o grupales que llaman la atención en un momento dado, y no pueden pasar desapercibidas. Esta observación ocurre aún cuando no se haya previsto y puede desarrollarse en cualquier situación o actividad.
Observación dirigida, se realiza cuando el docente está inquiero por averiguar ciertos aspectos del desarrollo del niño y/o la familia, y necesita dirigir su observación hacia puntos específicos, por ello selecciona minuciosamente los criterios, acciones y recursos requeridos para efectuar y registrar la observación. Es necesario resaltar que la mayor parte de los procesos de desarrollo del alumno en el jardín
de niños son susceptibles de ser observados a través de situaciones que adquieren diferentes grados de preparación previa o de intervención por parte del docente. Es conveniente combinar las modalidades y tipos de observación para que éstos respondan a las exigencias de una evaluación. Únicamente la alternancia y la complementariedad de las situaciones de observación pueden proporcionar una visión de conjuntos, global y coherente de los procesos de desarrollo de los alumnos.
Sea cual sea la modalidad de observación o la combinación de ellas que el docente emplee, es conveniente retomar algunas consideraciones generales sobre el uso de la técnica de observación, estas son:
La realidad casi siempre es más rica que los esquemas que trae consigo el observador.
Esto es, aunque se trate de observar tan solo ciertos indicadores en el proceso educativo, es conveniente que el docente esté abierto a registrar aquellos aspectos que no ha complementado, pero que pudieran incidir en su labor. No se trata de ajustar la
realidad a nuestros esquemas conceptuales, sino darnos la posibilidad de ver otras dimensiones o aspectos no previstos.
La interpretación de los datos registrados está influenciada por la personalidad, imaginación, creencias, prejuicios, maneras de enfocar los problemas del propio observador. Ante esto, es pertinente que el docente se observe a sí mismo, es decir, permanezca alerta y se pregunte qué le provoca ese niño y/o la situación que observa.
El docente no es un simple espectador, sino parte activa de la evaluación y del proceso educativo general.
Hay que tener en cuenta que la realidad que se observa está en continua transformación y cambio, por lo que se recomienda la frecuente contratación de los registros de observación que realizó en diferentes momentos.
La realidad del niño es una totalidad, así como sus procesos de desarrollo, por lo tanto, es conveniente tratar de integrar los diferentes aspectos observados en el niño, pero no como la simple suma de las partes, sino como aspectos subjetivos que interactúan.
Es indispensable realizar registros de las observaciones y hacerlos a la mayor brevedad posible, escribirlos varios días después de lo observado está sujeto a la memoria del observador, a su estado de ánimo y otros factores que pueden distorsionar los hechos.
De preferencia se recomienda que en los registros de observación se separen dos espacios: el primero de ellos para anotar los acontecimientos, hechos, actitudes del niño o grupo, tal y como se dieron. En un segundo espacio, para anotar la hipótesis, interpretaciones personales, dudas, opiniones del docente. Esto permitirá distinguir entre lo que hizo el sujeto observado y por otro lado las reflexiones o comentarios que hizo el observador y la explicación que da.
Se recomienda que en los registros de observación, más que dar respuestas concluyentes a la observación se anoten preguntas que se haga el docente sobre ella y así afirmar los siguientes para tener una visión más cercana de lo que realmente
ocurre.
CONCLUSIONES
1) La observación es el instrumento principal de la evaluación en el nivel preescolar.
2) La evaluación en el nivel preescolar va más allá de la recolección de información.
3) La evaluación en el nivel preescolar tiene un enfoque cualitativo que da cuenta de procesos tales como: actitudes, formas de pensar del niño, formas de resolver sus problemas, formas de relación, de actuación, etc.
4) El papel de la evaluación en el nivel preescolar es fundamental, no solo como parte del proceso didáctico, sino como una actividad constante que lo retro-alimenta.
5) La evaluación se encuentra determinada por la forma como se concibe el niño preescolar, por la forma como se conceptualizan el desarrollo y el aprendizaje.
6) La evaluación en el nivel preescolar tiene como función proporcionar información continua a los sujetos que en él intervienen, acerca de sus actitudes y acciones, así como de sus procesos personales para reflexionar sobre ellos.
7) Lo que se evalúa del niño en el nivel preescolar son procesos.
Muchísimas gracias por ayudarme a comprender.
ResponderEliminarfue muy claro y comprensible gracias
ResponderEliminarGracias
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